Rito para recibir a los Novicios

RITO PARA RECIBIR A LOS NOVICIOS (despues del periodo de Postulante segun el costumario)

1. El día que comienza el noviciado canónico, téngase un rito para pedir la gracia de Dios; este rito ponga de manifiesto la naturaleza de la vida monástica y la índole de nuestra Orden. Sea simple, sobrio y esté reservado únicamente a la comunidad de hermanos; por consiguiente, para realizar este rito es conveniente elegir la sala capitular; no obstante se prohíbe que se lleve a cabo dentro de la misa. Aunque la ordenación de este rito queda al arbitrio, en lo referente a las particularidades de cada comunidad, aquí se describe con los elementos recibidos de nuestra tradición.

2. En los textos del rito evítese todo lo que de algún modo pueda dar la impresión de disminuir la libertad de los novicios u oculte el verdadero sentido del noviciado o de la experiencia. Donde es costumbre, puede colocarse el báculo junto a la sede del Abad o Prior.

3. Congregados los hermanos en la sala capitular y dicho el verso

El auxilio divino permanezca siempre con nosotros

U otro, sentándose todos, el postulante viene al centro y se postra, o se arrodilla, o se inclina profundamente. Después se queda de pie ante el Abad o Prior, que le pregunta con estas palabras o con otras semejantes:

¿Qué pides?

El postulante responde:

La misericordia de Dios y de la Orden.

y con otras palabras semejantes, por ejemplo:

y Ser probado por ustedes, viviendo su género de vida, y merecer ser admitido es esta familia benedictina para seguir a Cristo con perfección con la intencion de ser miembro pleno de esta comunidad (o con la intencion de ser miembro Oblato de esta comunidad).

El Abad o Prior y la comunidad, dice:

Movido por la misericordia de Dios, vengo aquí para experimentar su género de vida; les ruego que me enseñen a seguir a Cristo por el camino del Evangelio, según la Regla de San Benito y las tradiciones benedictinas.

O dice otras palabras semejantes que broten de su corazón con espontaneidad. El Abad o Prior responde con estas palabras o con otras parecidas:

Que el Señor te ayude.

4. Entonces se lee un texto elegido de la Regla de nuestro Padre san Benito (del Prólogo u otro); el Abad o Prior expone al postulante la naturaleza y la índole de nuestra vida y, al terminar, interroga el deseo del postulante, diciendo, por ejemplo:

¿Estás, pues, dispuesto a seguir más perfectamente a Cristo por el camino del Evangelio y según el género de vida que indica la santa Regla?

O bien:

¿Estás dispuesto a servir en el monasterio con los Hermanos, bajo una Regla y un Abad o Prior, para que siguiendo a Cristo, puedas llegar a la perfección de la fe, de la esperanza y de la caridad?

El postulante responde con estas palabras u otras semejantes:

Con el auxilio de la gracia de Dios, espero y deseo que he de servir a Cristo Señor, verdadero Rey.

El Abad o Prior dice, por ejemplo:

Dios lleve a perfección la obra que ha empezado en ti.

Dios misericordioso te fortalezca con su gracia y que el Maestro divino te ilumine.

Todos dan su asentimiento:

Amén.

Entonces el novicio, en el medio, se arrodilla ante el Abad o Prior y, donde hay esa costumbre, el Abad o Prior puede darle un su cruz de madera, como simbolo de su entrada al noviciado.  

Levantándose los Hermanos, el Abad o Prior dice, por ejemplo:

Durante la Profession Solamente  (Hermanos, ya que san Benito en su Regla nos enseña “que pidas con oración fervorosa y continua, que perfeccione cualquier obra buena que emprendas”, oremos todos juntos al Señor, para que, lo que por nosotros mismos no somos capaces, se lo conceda por su bondad, a nuestro Hermano N.)

Todos oran unos momentos en silencio y el Abad o Prior dice la colecta, en la que pronuncia el nombre recibido en el bautismo o, donde hay esa costumbre, el nuevo que le han impuesto:

Durante la Profesion Solamete Atiende, Señor, nuestras súplicas por nuestro Hermano N., a quien recibimos en tu nombre, para que, por tu bondad, permanezca con devoción en tu Iglesia, y merezca recibir la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

O bien:

Oh Dios, autor y dador de la vocación, mira benigno a tu siervo suplicante N.; y haz que este Hermano, que desea experimentar nuestro género de vida, conozca tu divina voluntad, y que nosotros seamos confirmados en tu servicio a Todos Amén.

Conforme a las Constituciones, el Abad o Prior entrega al novicio el hábito propio como un signo de conversión, mientras la comunidad entona un canto de alabanza apropiado, o un himno o un responsorio. Finalmente el Abad o Prior concluye el rito diciendo, por ejemplo:

V. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

R. Que hizo el cielo y la tierra.

O bien:

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

O bien:

El Señor dirija nuestros corazones y todo nuestro ser en la caridad de Dios y en la paciencia de Cristo.

R. Amén.

O bien:

Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos.

R. Amén.

 

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